El pasado mes de febrero, las autoridades astronáuticas del planeta Tierra captaron por radio una transmisión presuntamente alienígena. El eminente profesor Zamenhof, tras interminables horas de análisis y estudios, pudo aventurar una traducción de parte del mensaje. Incluso se permitió bautizar al protagonista. He aquí un extracto:
[...] "Jason" al habla. Las peores expectativas acerca de la presencia de inteligencia útil en el planeta Tierra se han confirmado. Puedo asegurar sin temor a equivocarme que la inmensa mayoría de habitantes del planeta, con especial énfasis aquélla que se autoproclama como Primer Mundo, se halla en estos momentos absolutamente alienada. He estudiado durante las últimas semanas unos archivos, denominados por ellos "libros de Historia" y he podido comprobar que la situación empeora con el paso de los siglos. Antiguamente la sociedad terrícola se hallaba idiotizada por algo que ellos llaman "religión", un intento, absurdo si me permiten la expresión, de explicar su génesis. Pero la evasión mental de estos individuos está alcanzando límites peligrosos en los últimos años. Ya no existe una preocupación tan agresiva como antaño por la citada "religión", sino algo mucho peor. Ahora, una gran parte de estos humanos, reitero, que presume de ser la máxima autoridad de la civilización de este primitivo planeta, venera una especie de juego físico donde dos grupos de reducido número, apenas una docena cada uno, disputan la posesión de un objeto esférico con el ridículo objetivo de introducirlo en una puerta protegida por un señor con gorra. Es posible que el formar parte del juego resulte incluso divertido. Pero lo más desgarrador es comprobar el ingente número de humanos que disfrutan con el visionado de tan ridículo espectáculo. Acuden a recintos especialmente preparados para ello, recintos inmensos que han sido construidos con grandes dotaciones de recursos y cuya única funcionalidad es la de albergar eventos de dicho juego. Estos terrícolas condicionan su estado de ánimo a las evoluciones de uno de los dos grupos. Es más, muchos sobreponen la teórica importancia del resultado del juego a sus problemas personales. Por otro lado, los protagonistas del juego son venerados como el elemento principal de la antes mencionada "religión", algo que ellos llaman "dioses". Sin embargo, referente a este tema, he podido captar el concepto de "ídolos", pero no lo he entendido muy bien. Los humanos se pelean, discuten, se agreden verbal y físicamente por este juego, por defender los intereses de un grupo de diez ó doce humanos (casi siempre de un mismo género de los dos únicos que se concentran en este planeta). No acabo de entenderlo y por eso creo que no merece la pena malgastar más recursos en este planeta. No creo que podamos extraer nada bueno de él. Mejor buscamos otro objetivo. Firmado: "Jason". [...]
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