Al bajarme del autobús, he visto en la parada el póster de la secuela de "Los padres de ella" (o como diantres se llame), y me ha dado por pensar en la carrera cinematográfica de Ben Stiller (porque si pensara en la de Bobby De Niro, por ejemplo, se me congestionaría el tráfico neuronal).
Antes de diseccionar a Stiller, permítanme recordar a esos dos monstruos, en el peor y el mejor sentido, que son Dustin Hoffman y Barbra Streisand. Grandes los dos, especialmente el primero. Para homenajear a la Streisand, nada como evocar aquel corte histórico de nuestro idolatrado Carlos Pumares: "Barbra Streisand es la leche, es la de dios, pero guapa... guapa, NO!!! es bizca y nariguda!!!". Que hay que dejar las cosas claras, leñe!
Confieso que Ben Stiller no me cayó bien al principio. La primera película que vi de él (conscientemente) fue la floja "Algo pasa con Mary", la cual me defraudó por completo. Los Farrelly habían puesto el listón muy alto con la gloriosa "Dos tontos muy tontos". El personaje de Stiller, siendo presuntamente lo más cómico de la cinta, no acabó de persuadirme. Y los gags, aún reconociendo que tenían algo de ingenio, apenas lograron elevarme una sonrisa.
Sin embargo, en los últimos tiempos se ha redimido. Es cierto que ha pasado a ser una superestrella; no hay más que ver la cantidad de proyectos que rueda al año, de los cuales, al tratarse al 95% de comedias, no me invitan demasiado a comprar la entrada. Pero aún así, conserva algo de personalidad. Combinando batacazos como "Hombres misteriosos" (una gran decepción a pesar de compartir cartel con los magistrales y dosificados secundarios, esta vez disfrazados de pseudoprotagonistas, como William H. Macy y Hank Azaria, y el malo malísimo de Casanova Frankenstein interpretado por Geffrey Rush) y "Envidia" (una pequeña decepción del amigo Barry Levinson), ha triunfado en otras películas como "Starsky y Hutch" (bastante penosa, pero con chistes muy dignos), "Zoolander" (dirigida por él mismo y una de las películas más críticas y corrosivas que se pueden ver en los últimos tiempos) y "Cuestión de Pelotas" (divertidísima, con cameos espectaculares).
También quiero recordar una película dirigida por él y protagonizada por el ilustre Jim Carrey, "Un loco a domicilio", que se vendió muy mal en su momento, aprovechando el tirón de la máscara del Carrey, y que ofrece mucho más que las muecas del susodicho.
Pues bien, Ben Stiller ha acabado cayéndome bien. No porque sus chistes me hagan especial gracia, ya he dicho que las comedias no son mi género predilecto. Me cae bien el personaje por su afán (intencionado, presumo) de crítica a ciertos aspectos de la sociedad occidental, y su mordacidad rayando lo políticamente correcto (eso sí, sin sobrepasarse, que es americano). Lo disfraza todo de comedia y se lo sirve a un público más numeroso cada vez. Como casi todos los genios de este arte debe intercalar sus ideas con otros proyectos más lucrativos, pero es algo perdonable. Sin ir más lejos, Coppola dirigió aquel engendro donde Robin Williams era un niño que crecía muy rápido, y cuyo nombre no recuerdo, y su prestigio permanece intacto.
Leave a comment