En Pretéritus, Reino del Pasado, habita Stats, Dios Supremo de Todo lo Acontecido, Quien Domina todos los Datos, toda la Información de lo Sucedido, hasta el más mínimo Detalle. La Seguridad y la Certeza son sus principales Emblemas.
En el otro Extremo, en Zukunft, encontramos a Probis, Diosa de Todo lo Posible, lo que está por Ocurrir. La Reina de la Inexactitud y del Azar, del Juego y del Riesgo.
A las súplicas nuestras atendiendo Ambos están. Probis siempre nos anima a seguir luchando, a seguir apostando por esos números que Stats casi nos convence de que son absolutamente inútiles para poder dejar nuestro puesto de trabajo, Corte-de-mangas-al-jefe mediante.
Stats nos desalienta. En cambio, Probis nos ilusiona, mínimamente porque su corazón matemático le hace ser realista, a la sazón pesimista, pero mantiene en nosotros la llama de la esperanza.
La perseverancia de Probis se pone a prueba cuando Azarius, esa Entidad burlona e invisible que selecciona las bolas del bombo, se apiada de nosotros y nos concede un premio gratificante pero insuficiente. En ese momento, Stats se torna Poderoso, reafirmando lo que su Experiencia ha establecido. Y la pobre Probis debe redoblar sus esfuerzos porque, aunque su Teoría no ha perdido vigencia en absoluto, la presión de los Argumentos de Stats, que enuncian que Azarius no volverá a acordarse de nosotros, le resulta contundente en exceso.
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