El duendecillo más travieso de Telesforia se puede encontrar en la Cueva de Retro, al norte de la región. Es único en su especie; la leyenda dice que nació de las vísceras de una Zarigüeya que murió después de tres noches de agonía tras intoxicarse con un membrillo en mal estado. Scolymus, que así se llama el engendro, sobrevivió los primeros años de su existencia gracias a los restos del cádaver de su madre y del membrillo corrupto a medio masticar.
Su fisonomía también es ciertamente particular. Su diminuta estatura está cubierta casi en su totalidad por unas amplias escamas verdes y rugosas. Sin embargo, es capaz de mutar su aspecto y adoptar la forma de un calabacín o de un Tetra Brik de vino blanco barato.
Como era de esperar, la actividad que le ocupa la mayor parte del tiempo son las crueles gamberradas que dedica a sus archienemigos, los Trolls Bizcos; desde sandías rancias pintadas como si fueran rocas a soltarles los más feroces ejemplares de Gnomos Rabiosos en sus cuevas mientras duermen. Por suerte para él, Scolymus es extremadamente ágil, circunstancia que, unido a la laberíntica disposición de la Cueva de Retro, hace que resulte muy difícil de atrapar.
A lo único que Scolymus respeta, más por terror que por admiración, es a Botrytis, un Goblin de la Raza de los Mastuerzos, desterrado de su pueblo por un crimen que no cometió y que ahora vive en las raíces de un roble subsistiendo a base de uñas de Gnomos Rabiosos.
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