Todavía recuerdo con nostalgia una etapa televisiva de la vida de mi generación. Recuerdo aquellas mañanas de los fines de semana, que una emisora privada de reciente creación nos aliñaba con combates de lucha libre americana, de "Wrestling", o como ellos bautizaron y nos inculcaron a los adeptos, "Pressing Catch".
Aunque algunos ya habíamos vivido en nuestras carnes la perturbadora experiencia de la aparición de nuestro primer vello corporal, apenas éramos unos críos. No obstante, esta circunstancia no era obstáculo para que nos diéramos cuenta de que, todos los batacazos, estrangulamientos, patadas en el hocico y sillazos varios que se repartían aquellos adictos al gimnasio, eran una absoluta farsa. Habían luchadores "buenos" y "malos", los primeros recibían los aplausos y los segundos los abucheos de un respetable totalmente entregado. Nosotros, desde una gran distancia que las ondas de Telecinco y los comentarios de Héctor del Mar y José Luis Ibáñez (por dónde andarán...) reducían considerablemente, éramos partícipes del juego y, conscientes de nuestro papel, seguíamos la corriente.
Fueron dos ó tres años, ya no recuerdo, en los que el Pressing Catch estaba absolutamente de moda. Luego desapareció, de repente. Cada generación tiene varias modas, unas que van sustituyendo a otras más antiguas, pero que sirven al menos para poder recordarlas con el paso de los años y compartir esos recuerdos con los que las convivieron.
Si empiezo a evocar todos aquellos personajes que nos deleitaron con sus fingidos trompazos y sus llamativos disfraces, no terminaría nunca: Jimmy "Estaca" Dugan, Rick "Modelitos" Martel, Míster Perfecto, los Sacamantecas, el Último Guerrero, "Terremoto" Earthquake, el Enterrador, el Barbero, "Malas Noticias" Brown, el Marinero Tarugo...
En algunos casos, mejor no saber qué habrá sido de ellos...
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