Recently in Inclasificables Category
Hoy se ha consumado la liberación.
Justo hoy, tras 26 interminables días de largo cautiverio y de manera inesperada, unos valientes pero inconscientes Bárbaros del Norte han terminado de recitar las palabras mágicas que ponen fin al conjuro perpetrado por la terrible Alianza de la Adversidad y la Confusión, y han podido despertar de su letargo a la malvada bruja.
Ya era hora. Las paredes del horno estaban pulverizando sus delicadas cervicales...
La noticia de que mi hermana esperaba un niño me cogió por sorpresa. Por su edad y por su situación personal era algo de lo más natural y esperado, pero qué le vamos a hacer, uno es un despistado y no piensa en esas cosas. Me emocioné, pero la lejanía del acontecimiento calmó los nervios y avivó la incredulidad.
Cuando me anunciaron que se trataba de un varón, me emocioné más aún, no por el género que el azar, los cromosomas y los dioses habían elegido, sino porque mis proyectos para con mi sobrinillo, proyectos que sólo eran bocetos sobre papel de estraza, podrían empezar a cobrar forma.
Pasaban los meses y, aunque la tripa de mi hermana iba en aumento, no concebía la idea de que un nuevo ser iba a formar parte del selecto club de mi familia, la más cercana, la única. Bastante tenía yo, en mi egoísmo, con preocuparme de mis padres, mis dos hermanas, mi churri... y bueno, vale, mi cuñado.
El martes tenía visita con el médico. Ocasión propicia para el feliz desenlace. Pues no, tampoco me imaginaba que ese día se iba a convertir en una importante efeméride para mi agenda. El muy tramposo quiso salir antes, para sorprender una vez más a su distraído tío. Mi madre me llamó y me dio la gran noticia; iba a nacer esa misma tarde. Por fin adquirí conciencia del cambio radical que iba a producirse en nuestras vidas. Con unos nervios espeluznantes acudí a la clínica, con la idea de encontrarme la habitación vacía y dispuesto a sufrir una espera agónica. Pues no de nuevo, el bribón volvió a sorprenderme. No me hizo falta ni abrir la puerta de la habitación 737 para oir los sollozos de menos de tres kilos de carne y huesos aún por formar.
Ahora ya me lo creo. Y la sensación de estos días (y la de muchos, muchísimos días más en el futuro) jamás pude ni imaginármela. Mi hermana y mi cuñado me han hecho un regalo pequeñito pero enorme; desde el martes he tenido tiempo para comprobar que, si estoy bajo de moral por cualquier causa, pienso en Joel y la sonrisa reaparece.
Joel, fíjate, hasta me empiezo a acostumbrar a tu nombre...
María era una muchacha de escaso apetito; a ello debía su extrema delgadez. Sin embargo, un buen día fue a comer a El Molín de la Pedrera y su habitual frugalidad pasó a la historia.
A pesar de que la fabada y recetas similares no constaban entre los innumerables platos del menú que había degustado, al poco rato de terminar la comida sintió cómo los alimentos que había ingerido, rigurosamente metabolizados y transformados en su inevitable destino, le exigían que les mostrase la vía de salida.
En aquellos momentos de urgencia, María era poco consciente de la ventolera que arreciaba. Halló un rincón bastante oculto y confortable, entre unos sarmientos. Allí comenzó a despojar a sus intestinos de la fatal opresión; tan contundente fue la suelta del lastre que el, ya de por sí exiguo, peso de María descendió unos cuantos kilos, lo que permitió al cruel viento llevarse a la pobre muchacha consigo sin darle tiempo siquiera a que se subiera las bragas.
Permítanme un paréntesis en el relato de las excitantes aventuras de Sir Howard para que pueda comentar un insignificante descubrimiento que ha sembrado mi alma de dudas, decepción y melancolía.
Aparentaba yo un talante tan ufano cuando adquirí el juego para PC denominado "Pro Evolution Soccer 4"; mis ilusiones cual niño en la Noche de Reyes estaban rotundamente fundadas: el juego es excelente y supera todas las expectativas posibles. Sin embargo. toda la moral que había acumulado, y que iba in crescendo a medida que avanzaba por los numerosos menús del juego, se fue al traste en forma de enorme varapalo en el momento de asistir al primer partido y permitir a mis inocentes oídos comprobar cómo los comentaristas eran ni más ni menos que... Juan Carlos Rivero e Iñaki Cano!!!
El susto fue mayúsculo en un principio, anunque luego fue atenuado en parte, porque mis temores se hicieron superlativos al creer, en el momento de toparme con el señor Rivero, en el colmo del morbo y la perversidad, que el comentarista no iba a ser el señor Cano, sino el señor Miguel González, más conocido como "Míchel", flamante entrenador del Rayo Vallecano y expiación a nuestras penurias durante más de diez años de retransmisiones futbolísticas.
Aparte de las deficiencias técnicas de los comentarios, solamente achacables a los programadores ("ha sido un gol por toda la escuadra" proclama el señor Rivero, cuando ha sido un disparo tan raso que no va a ser necesario el uso del cortacésped en unos días), resulta espeluznante a la vez que desmotivador disfrutar de un excelente juego soportando los absurdos comentarios y los sinsabores de estos reporteros que llevan más tiempo en Televisión Española que Carrillo en el partido comunista. La juventud, colectivo al que aspiro a pertenecer, anhela algo más moderno que el mostacho, cual Señor Súper, pelirrojo y teñido por infinidad de Ducados del señor Iñaki Cano.
Es de mi constancia que los lectores de este humilde blog pueden contarse con los dedos de una oreja, sin embargo, y en agradecimiento a ellos, me he propuesto salvar todas las trabas tecnológicas que mi actual situación me brinda y redactar estas líneas, como una declaración de supervivencia.
Desde mi reciente cambio de domicilio no he podido disponer de conexión, condición sine qua non para mantener este recinto internauta con un mínimo de actualidad. Este aislamiento ha sido debido a la descarada incompetencia de las compañías proveedoras del servicio, las cuales han hecho gala de una sublime ambigüedad en sus ofertas y en sus respuestas a mis solicitudes. Lo peor de todo es que esta incierta situación no tiene visos de resolución inmediata.
Resumiendo, que espero que todo esto se resuelva lo antes posible y pueda seguir diciendo tonterías en este Reino de Lancre durante mucho tiempo. Igualmente trataré de hacer alguna escapadita furtiva, como la de ahora, para que algún navío aviste mi isla desierta y venga a rescatarme.
P.S. Estoy empezando a aborrecer los cangrejos a la plancha que prepara Viernes...
Ante el alud de críticas recibido en nuestra redacción, nos hemos visto obligados a modificar el entorno gráfico de este blog. Esperemos que este sea del agrado del (escaso) público asistente, a la vez que confiamos que éste comprenda las dificultades técnicas que tal empresa conlleva.
Agradeciendo de antemano su paciencia, reciban un cordial saludo.
Atentamente,
la Dirección.
Puede actuar en grupo, aunque es igual de letal o más en solitario. Se mueve con la impunidad de la noche y su único rastro son sus crímenes. Es despiadado, voraz, mezquino e insaciable. Se puede permitir escoger a sus víctimas entre millones de candidatos. Además, posee un instinto que le permite rechazar a aquellos individuos que no satisfarán su apetito. Su huella es indeleble durante varios días y, la tortura que padecen los que sufren su ira, insufrible. Es capaz de encolerizar al más dócil y de desmoralizar al más valeroso.
Se imaginan ustedes lo que pasaría si, por aquello de la selección natural y la evolución de las especies, los mosquitos fueran capaces de desarrollar cierto grado de inteligencia? Unos insectos que se adaptan a las insalubres condiciones de las ciudades, con cierta pericia podrían regatear los ridículos intentos de los inofensivos humanoides de aplastarlos con una zapatilla. Crecerían en tamaño y en poder y se reproducirían a la misma velocidad que sus primas las cucarachas. Se acabarían adaptando al frío y al hedor del DDT. Los humanos, debilitados físicamente y con la moral a la altura del betún, serían víctimas propiciatorias de la nueva raza superior.
Lamentablemente esto tiene muy poco de ciencia-ficción; está sucediendo ahora mismo en África con la malaria.
Publicado en El Jueves nº1203
Canción del día: Higher Love - Steve Winwood
Para tener solamente unas nociones muy básicas de Html y ninguna noción de cualquier otro lenguaje de programación (aparte del entrañable Basic), me ha quedado bastante decentillo este experimento. De momento me parece lo suficientemente digno como para permitirle que corretee unas horas por el ciberespacio con este aspecto. En cualquier caso, me abstendré de contemplar otros weblogs en la medida que me sea posible, por aquello de no resucitar un complejo de inferioridad informático que intento mantener lapidado.
La aventura no ha hecho más que comenzar. Quedan muchas cosas por aprender y muchísimos más chascos por llevarse.
Mañana será un altre (y largo) día. Y pasado mañana, otro mes nuevo. Un mes bonito, por aquello de la Semana Santa, tonificador de almas y oasis de pecadores en la rutina diaria.
Pues sí, pocas ganas tengo de ponerme a investigar cómo funciona esto. Imagino que antes o después tendré que liarme, pero es un lunes por la noche, hace poco que he llegado a casa y las neuronas de uno se están planteando muy seriamente manifestarse en contra de la explotación a la que están siendo sometidas.
Como diría el profeta, to be continued (es decir, "ser continuado")...